Símbolos Patrios
Bandera Nacional
Creada por Manuel Belgrano en 1812 durante la gesta por la Independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata. El 20 de Julio de 1816 mediante Decreto se la adopta como Símbolo Patrio, y en 1938 el Congreso Nacional sanciona una ley en la que se fija como Día de la Bandera el 20 de Junio, aniversario de la muerte de su creador.
Compuesta por tres franjas proporcionales, dos azules celestes separadas por una franja blanca central que lleva un sol naciente de color amarillo oro, rodeado de 32 rayos: 16 rectos y 16 curvos alternados.
Las medidas de la Bandera Oficial son: 1,40 mts. de largo por 0,90 mts. de ancho.
Compuesta por tres franjas proporcionales, dos azules celestes separadas por una franja blanca central que lleva un sol naciente de color amarillo oro, rodeado de 32 rayos: 16 rectos y 16 curvos alternados.
Las medidas de la Bandera Oficial son: 1,40 mts. de largo por 0,90 mts. de ancho.
1er. Decreto Oficial sobre la Bandera:
La consagración legal de la actitud tomada por Belgrano el 27 de febrero de 1812, correspondió al Congreso de Tucumán por iniciativa del diputado Juan José Paso. El Decreto, redactado y presentado por el diputado por Charcas, José M. Serrano, fue aprobado en la Sesión del 20 de julio de 1816 de la siguiente forma:
Elevadas las Provincias Unidas en Sud América al rango de una Nación después de la declaratoria solemne de su independencia, será su peculiar distintivo la bandera celeste y blanca que se ha usado hasta el presente y se usará en lo sucesivo exclusivamente en los Ejércitos, buques y fortalezas, en clase de Bandera menor, ínterin, decretada al término de las presentes discusiones la forma de gobierno más conveniente al territorio, se fijen conforme a ella los jeroglíficos de la Bandera nacional mayor.
Comuníquese a quienes corresponda para su publicación.
Francisco Narciso de Laprida, Presidente. Juan José Paso, Diputado Secretario.
(Fuente: Instituto Nacional Belgraniano)
Comuníquese a quienes corresponda para su publicación.
Francisco Narciso de Laprida, Presidente. Juan José Paso, Diputado Secretario.
(Fuente: Instituto Nacional Belgraniano)
25 de febrero de 1818
El Congreso de Tucumán (trasladado a Buenos Aires), a propuesta del diputado Chorroarín, aprobó como bandera de guerra la misma que ya se usaba, pero con el emblema incaico del sol en el centro.
Escarapela
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Las banderas de Rosas
El tema de la bandera de la Confederación Argentina parecía agotado: varios autores revisionistas se refirieron a ella. Sin embargo, nunca ahondaron en sus símbolos, sobre todo los cuatro gorros de la libertad que, pese a las repeticiones superficiales, en nada se parecen a los de Frigia.
Desde la Independencia hubo también enseñas azul turquí y blancas, pero el azul celeste siempre ha sido el color nacional, excepto entre 1836 y 1852.
Durante las luchas civiles entre unitarios y federales se produjeron muchas confusiones, debido a que ambos bandos usaron los mismos colores; y eso que los federales tenían divisa roja, heredada de Artigas, López y otros caudillos.
En su expedición al Desierto (1833-34), Juan Manuel de Rosas llevó una bandera nacional que tenía franjas azul oscuro en lugar de celeste. ¿Por qué Rosas eligió el azul turquí? Tres razones pueden explicar dicha elección. Primero, el azul celeste ha sido siempre un color fugitivo a la luz; en cambio su matiz más oscuro resiste, y por más tiempo, al sol, a la lluvia, etc. Segundo, Rosas pensó que el color argentino era el azul: el decreto de la bandera nacional y de guerra (del 25 de febrero 1818) así lo estableció; de ahí más tarde las interminables confusiones y discusiones sobre el tema. Y tercero, el celeste siempre fue el color preferido de liberales y masones. Además, el azul oscuro era un color más noble "azul real".
El 23 de marzo de 1846 - época de su segundo gobierno - Rosas le escribió al coronel Vicente González, que tenía a su cargo la Guardia de San Miguel del Monte, diciéndole que se le remitiría una bandera para los días de fiesta, y agregó: "(...) Sus colores son blanco y azul oscuro un sol colorado en el centro y en los extremos el gorro punzo de la libertad. Esta es la bandera Nacional por la ley vigente. El color celeste ha sido arbitrariamente y sin ninguna fuerza de Ley Nacional, introducido por las maldades de los unitarios. Se le ha agregado el letrero de ¡Viva la Federación! ¡Vivan los Federales Mueran los Unitarios!".
Al celebrarse el segundo aniversario del regreso de Rosas al poder, el 13 de abril de 1836, se izó la nueva enseña sobre el Fuerte de Buenos Aires. Después de Caseros, Urquiza regaló la misma bandera a Andrés Lamas y hoy día, la misma se halla en el Museo Histórico Nacional de Montevideo.
Rosas, poco después, se dedicó a convencer a los gobernadores provinciales de la necesidad de suprimir el celeste, y de adoptar la nueva enseña y la divisa federal. Por ejemplo, don Juan Manuel mantuvo una correspondencia sobre el asunto con Felipe Ibarra (gobernador de Santiago del Estero), entre abril y julio de 1836.
Según José Luis Busaniche, Ibarra debió mencionar el tema de los colores nacionales; Rosas le dijo: "Por este motivo debo decir a V. que tampoco hay ley ni disposición alguna que prescriba el color celeste para la bandera nacional como aun se cree en ciertos pueblos." Sin embargo, tanto Ibarra como aquellos pueblos sabían, y desde 1812, que el color nacional era el azul celeste.
Busaniche creyó, en sus años antirrosistas, que Rosas falseó la verdad, siempre. Ello, empero, no tiene mayor importancia; sí la tiene el pensamiento de Rosas sobre el azul argentino.
Rosas también escribió: "El color verdadero de ella porque está ordenado y en vigencia hasta la promulgación del código nacional que determinará el que ha de ser permanente es el azul turquí y blanco, muy distinto del celeste." ¿Existió ese código alguna vez? Y le recordó a Ibarra que dos enseñas nacionales - la que llevó a las pampas y la del Fuerte - tenían los mismos colores, y que las nuevas banderas para las tropas fueron bendecidas y juradas en Buenos Aires.
El tema de la bandera de la Confederación Argentina parecía agotado: varios autores revisionistas se refirieron a ella. Sin embargo, nunca ahondaron en sus símbolos, sobre todo los cuatro gorros de la libertad que, pese a las repeticiones superficiales, en nada se parecen a los de Frigia.
Desde la Independencia hubo también enseñas azul turquí y blancas, pero el azul celeste siempre ha sido el color nacional, excepto entre 1836 y 1852.
Durante las luchas civiles entre unitarios y federales se produjeron muchas confusiones, debido a que ambos bandos usaron los mismos colores; y eso que los federales tenían divisa roja, heredada de Artigas, López y otros caudillos.
En su expedición al Desierto (1833-34), Juan Manuel de Rosas llevó una bandera nacional que tenía franjas azul oscuro en lugar de celeste. ¿Por qué Rosas eligió el azul turquí? Tres razones pueden explicar dicha elección. Primero, el azul celeste ha sido siempre un color fugitivo a la luz; en cambio su matiz más oscuro resiste, y por más tiempo, al sol, a la lluvia, etc. Segundo, Rosas pensó que el color argentino era el azul: el decreto de la bandera nacional y de guerra (del 25 de febrero 1818) así lo estableció; de ahí más tarde las interminables confusiones y discusiones sobre el tema. Y tercero, el celeste siempre fue el color preferido de liberales y masones. Además, el azul oscuro era un color más noble "azul real".
El 23 de marzo de 1846 - época de su segundo gobierno - Rosas le escribió al coronel Vicente González, que tenía a su cargo la Guardia de San Miguel del Monte, diciéndole que se le remitiría una bandera para los días de fiesta, y agregó: "(...) Sus colores son blanco y azul oscuro un sol colorado en el centro y en los extremos el gorro punzo de la libertad. Esta es la bandera Nacional por la ley vigente. El color celeste ha sido arbitrariamente y sin ninguna fuerza de Ley Nacional, introducido por las maldades de los unitarios. Se le ha agregado el letrero de ¡Viva la Federación! ¡Vivan los Federales Mueran los Unitarios!".
Al celebrarse el segundo aniversario del regreso de Rosas al poder, el 13 de abril de 1836, se izó la nueva enseña sobre el Fuerte de Buenos Aires. Después de Caseros, Urquiza regaló la misma bandera a Andrés Lamas y hoy día, la misma se halla en el Museo Histórico Nacional de Montevideo.
Rosas, poco después, se dedicó a convencer a los gobernadores provinciales de la necesidad de suprimir el celeste, y de adoptar la nueva enseña y la divisa federal. Por ejemplo, don Juan Manuel mantuvo una correspondencia sobre el asunto con Felipe Ibarra (gobernador de Santiago del Estero), entre abril y julio de 1836.
Según José Luis Busaniche, Ibarra debió mencionar el tema de los colores nacionales; Rosas le dijo: "Por este motivo debo decir a V. que tampoco hay ley ni disposición alguna que prescriba el color celeste para la bandera nacional como aun se cree en ciertos pueblos." Sin embargo, tanto Ibarra como aquellos pueblos sabían, y desde 1812, que el color nacional era el azul celeste.
Busaniche creyó, en sus años antirrosistas, que Rosas falseó la verdad, siempre. Ello, empero, no tiene mayor importancia; sí la tiene el pensamiento de Rosas sobre el azul argentino.
Rosas también escribió: "El color verdadero de ella porque está ordenado y en vigencia hasta la promulgación del código nacional que determinará el que ha de ser permanente es el azul turquí y blanco, muy distinto del celeste." ¿Existió ese código alguna vez? Y le recordó a Ibarra que dos enseñas nacionales - la que llevó a las pampas y la del Fuerte - tenían los mismos colores, y que las nuevas banderas para las tropas fueron bendecidas y juradas en Buenos Aires.
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